La situación del mercado y la geometría del solar, bastante irregular, llevan al proyecto a una solución poco común en los mercados, aunque intentando mantener el espíritu tradicional de éstos, adaptándolo a las nuevas circunstancias sociales.
Se planteó un mercado de barrio y en esta dirección se trabaja. Un mercado helicoidal, que se eleva a lo largo de una rampa, dejando grandes espacios circulares que hacen permeable la plaza donde en ellos se desarrollan diferentes actividades dando así mayor riqueza a ésta.
El resto del programa: piscinas, gimnasio y biblioteca se definen en la parte superior, a la altura de las cubiertas colindantes, como culminación del mercado. Grandes planchas de hormigón circular, sustentadas por esbeltos pilares, albergan el programa que queda cubierto por una estructura metálica tridimensional cubierta por una piel de policarbonato.